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Jueves 18 de Abril de 2024

18/02/2020

El Mundo

La reforma jubilatoria de Emmanuel Macron llegó al Congreso y se espera un debate feroz

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Durante la protesta de ayer, Macron fue comparado con Margaret Thatcher

PARÍS.- Rechazada en la calle durante un conflicto social de una duración inédita, la reforma de la jubilación propuesta por el presidente francés, Emmanuel Macron, llegó ayer a la Asamblea Nacional, donde se anuncia una nueva y feroz batalla con más de 41.000 enmiendas presentadas por la oposición.

"Hay que ganar la batalla de la jubilación", insistió Macron la semana pasada, llamando a los diputados de su partido, La República en Marcha (LRM), a "vender esa reforma justa".

Pero los debates serán largos y tensos. Durante 15 días, los diputados examinarán ese proyecto altamente sensible que pretende crear un "sistema universal" de retiro "por puntos" y suprimir los regímenes especiales que permiten a ciertas categorías de asalariados beneficiarse de una pensión completa antes de la edad legal de 62 años. El proyecto intenta al mismo tiempo asegurar el equilibrio financiero del sistema a largo plazo e incitar a los franceses a trabajar por más tiempo, punto sobre el que se cristalizan casi todas las oposiciones.

Símbolo de lo que serán estas dos semanas, Olivier Véran, nombrado ayer ministro de Salud en reemplazo de Agnès Buzyn -designada por Macron para representar a la mayoría gubernamental en las elecciones municipales de París-, fue varias veces abucheado durante su discurso en la Asamblea.

"Ha llegado la hora de dar pruebas de responsabilidad frente a los franceses con un debate que llevará el tiempo necesario, incluso en medio de la agitación", dijo el exdiputado de LRM a propósito de un texto que no pudo ser modificado en comisión especial debido a la obstrucción de los representantes del partido de extrema izquierda La Francia Insumisa (LFI) y sus 19.000 enmiendas. Una situación que nunca se había producido en la historia parlamentaria francesa.

Es, entonces, la versión inicial del proyecto gubernamental que será examinada por los diputados, de modo que las enmiendas adoptadas deberán ser sometidas a una nueva votación.

Dos semanas de debates fueron previstas para la primera lectura de esta reforma, que se declina en dos proyectos de ley (orgánico y ordinario) y pretende fusionar 42 regímenes de jubilación existentes en uno solo "por puntos".

Y, naturalmente, ese será el punto central: ¿cómo serán calculadas las jubilaciones con el nuevo sistema? ¿Cuál será el valor del famoso "punto" y cómo será la indexación? El gobierno dice que las pensiones serán calculadas en función del ingreso medio de actividad de cada asalariado a lo largo de su carrera. El problema es que ese nuevo índice todavía no existe. Según el relator de la ley, el Instituto Nacional de Estadísticas "deberá crearlo una vez la ley adoptada".

Esa es apenas una de las tantas incógnitas que planean sobre el proyecto de reforma.

"En verdad, el número de personas que realmente conocen el contenido de la reforma se cuenta con los dedos de las manos", reconoce un diputado de la oposición conservadora.

Por el momento, la única certeza es que habrá ganadores y perdedores. Agricultores, familias monoparentales y pequeños ingresos deberían beneficiarse con el nuevo sistema. No será el caso de los empleados de ferrocarril o de otros transportes públicos, que gozan de regímenes especiales desde hace décadas. Algunas profesiones mantendrán, sin embargo, esos privilegios, como los policías y los militares. Quizá también los abogados, que tienen su propia caja de pensión ampliamente excedentaria y cuyas cotizaciones se duplicarían con el nuevo sistema. Otro punto que promete feroces debates es el reconocimiento de aquellas profesiones que imponen grandes esfuerzos físicos.

El gobierno, que defiende un sistema "más justo" y "más claro", apuesta a obtener la aprobación en primera lectura antes de los comicios municipales del 15 y el 22 de marzo, y una adopción definitiva "antes del verano" boreal, a pesar de la obstrucción parlamentaria de la oposición (con más de 41.000 enmiendas).

Pero tanto la derecha como la izquierda denuncian desde hace semanas la imprecisión que rodea la reforma y solicitan aclaraciones, hasta el momento en vano.

Ayer, a su llegada a la Asamblea, el líder de LFI, Jean-Luc Melenchon, cuyo grupo es responsable de la gran mayoría de las enmiendas, prometió una batalla "dura, implacable y larga": "Haremos todo lo necesario para que esta ley no sea adoptada", prometió. Los diputados comunistas, por su parte, se presentaron en el hemiciclo con unas remeras para reclamar un referéndum sobre la reforma.

En forma simultánea al debate parlamentario, sindicatos y organizaciones patronales deberán hallar antes de fines de abril alternativas a la "edad pivote de 64 años" propuesta por el gobierno y rechazada por todos, a fin de garantizar el equilibrio financiero del sistema en 2027. Por el momento, el déficit se eleva a 14.000 millones de euros. Llamada "conferencia de la financiación", la primera reunión debe realizarse este martes.

En la calle, los opositores a la reforma no se dan por vencidos. Una nueva jornada de movilización reunió ayer a centenares de personas en el centro de París, mientras que las marchas también perturbaron los transportes públicos, aunque sin comparación con el desorden de diciembre y enero pasados. Los sindicatos convocaron una nueva jornada de protesta para el jueves próximo.

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